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¡Odio el carril bici!
Las medidas del Ayuntamiento de Madrid dividen a partidarios y detractores en una ciudad en
la que menos del 1% usa este transporte para desplazarse
MIGUEL ÁNGEL MEDINA, PABLO LEÓN
26 JUL2017
Begoña Villacís, portavoz municipal de C's, este martes.CIUDADANOS AYTO. MADRID
Madrid ha llegado tarde a la movilidad ciclista, como lo demuestran los datos: los
desplazamientos en bici todavía no llegan ni al 1% del total. ¿Cómo crecer? Sevilla,
por ejemplo, creó una red extensa y conectada de carriles bici segregados: la
movilidad a pedales subió hasta el 7%. Otros apuntan a que la bici debe compartir
espacio con el coche, y que el crecimiento de las dos ruedas es imposible si no hay
restricciones al vehículo privado.
Estas dos vías protagonizan un debate que, en principio, debería ser técnico, pero
que en la capital se ha transformado en una enconada discusión cuasi filosófica:
carrilbicistas contra calzadistas. Es decir, defensores y detractores de estas
infraestructuras específicas.El reciente atropello de un ciclista que circulaba en
BiciMad por un carril bici segregado de la calle de Alcalá ha caldeado -aún más- los
ánimos: los detractores de estas vías culpan a la infraestructura del accidente sin
esperar a la investigación de las causas. Por otro lado, los nuevos carriles bici
inaugurados por el Ayuntamiento también han sido utilizados como munición por los
calzadistas.
"Madrid hace lo mismo que muchas ciudades, es decir, desarrollar itinerarios de
bicicleta que permitan traer nuevos usuarios a las vías públicas, no solo en el área
central sino también en los distritos. Queremos invertir esta tendencia y conseguir
que la gente vaya en bici a la Universidad, al centro, al trabajo", dice Carlos Corral,
subdirector de movilidad sostenible del Ayuntamiento de Madrid, que no quiere
Una mujer circula en Bicimad por el carril bici segregado de Santa Engracia. CARLOS ROSILLO
Por su parte, Begoña Villacís, portavoz municipal de Ciudadanos, ha abrazado las
tesis de los calzadistas y pidió ayer a Carmena "revertir estas medidas [los carriles
bici segregados]" porque son "una idea antigua y fracasada" y apostar por los
ciclocarriles e "integrar las bicicletas en el tráfico". En su opinión, "en los carriles
segregados nadie está de acuerdo con ellos, se han quedado solos, y nosotros les
pedimos que por favor rectifiquen, que reviertan esta medida". "Los madrileños están
cada vez más educados en la convivencia", añadió Villacís, que justificó su
razonamiento con una frase agorera: "Prepárense para septiembre y octubre porque
Madrid va a ser la ciudad del atascazo".
Además, Villacís reprochó al Ayuntamiento que no haya hablado "con todas las
asociaciones ciclistas". "Nosotros sí hemos hablado y nos han dicho que no creen en
esta fórmula de conducción, no creen en este tipo de carril bici segregado". Sin
embargo, 26 asociaciones ciclistas (como Pedalibre, Madridlineal o Madrid en bici) o
firmaron hace poco un manifiesto en apoyo de las medidas que está llevando a cabo
el Consitorio. Villacís finalizó: "Veremos un clamor popular pidiendo que estos
carriles bici se eliminen".
Más allá de que los atascos en la capital -en general en todas la grandes urbes- son
endémicos y que la velocidad media de los coches es de 13 kilómetros por hora en
el interior de la M-30, donde están proliferando los carriles bici (que sube hasta los
19 si se amplía el rango a las dos circunvalaciones de la capital, según datos del
Ayuntamiento), Madrid dedica el 80% de su espacio urbano a las cuatro ruedas. En
coche se realizan menos del 26% de los desplazamientos en la ciudad; el resto, la
mayoría, a pie o en otro medio de transporte.
Si en la época de crisis muchos ciclistas urbanos defendieron las infraestructuras
compartidas en calzada -debido principalmente a la máxima de "menos da una
piedra"-, actualmente los ciudadanos reclaman infraestructuras más seguras. Una
encuesta realizada por la OCU este año en diez ciudades españolas destaca que el
principal reparo para pasarse a la bici son el exceso de tráfico y la falta de vías
ciclistas. En este último apartado, Madrid destaca en negativo (36 puntos sobre
100). "Sin vías ciclistas no hay seguridad", resume la organización la opinión de los
encuestados. Muchos -ciclistas o políticos- odiarán los carriles bici, pero los
ciudadanos que no van en bici -que son muchos más que los anteriores- parece que
ven necesaria esta infraestructura para sentirse seguros y pedalear por la ciudad.
Tienen que ver que ir en bici por Madrid no solo es deseable (o sostenible) sino que
también es posible. | |