Extracto del fichero OCR | EL DIARIO VASCO
Los vigilantes del bidegorri
El nuevo cuerpo de agentes de Movilidad en bicicleta nace con el reto de educar sin sanciones.
Circular con auriculares o hablando por el móvil, saltarse los semáforos, invadir las aceras y no
respetar la preferencia peatonal, principales infracciones de los ciclistas donostiarras
JORGE F. MENDIOLA / SAN SEBASTIÁN / 7 septiembre 2015
Peligro. Un
agente de
Movilidad da
el alto a un
ciclista por
circular con
el perro, una
práctica
habitual que
está
prohibida.Peí
igro. Un
agente de
Movilidad da
el alto a un
ciclista por
circular con
el perro, una práctica habitual que está prohibida. / MICHELENA
Si circula en bicicleta o utiliza los bidegorris para desplazarse por la ciudad, es más que probable que ya
se haya topado con ellos. Visten de naranja, van de corto y se mueven a pedales. Son los nuevos agentes
de Movilidad que velan por el correcto uso de las vías ciclistas de San Sebastián. Su misión principal es
edncar a la población en las normas de convivencia entre vehícnlos sin motor y peatones y, annqne están
facnltados para ello, no sancionan a los infractores. Así será al menos de momento, mientras dnre la
experiencia piloto impnlsada por el gobierno mnrticipal para la temporada estival, nna iniciativa qne nace
con vocación de continnidad. DV sale de patmlla con los vigilantes del bidegorri y es testigo de las faltas
más repetidas por los nsuarios y de las tensiones qne se generan en los pnntos críticos de la red ciclable.
LA CIFRA
30 infracciones en nna hora han llegado a detectar los agentes de Movilidad en la avenida de
Znmalakarregi, nno de los pnntos críticos de la red de bidegorris de la capital gnipnzcoana. A los
infractores, qne iban en bici por la acera, se les paró y advirtió de sn falta.
Conocer la normativa. «Educar o reeducar. Esos son los objetivos». Eos agentes de Movilidad inician la
ronda matinal en el Boulevard, un lugar de especial atención por la multitud que desfila a diario y la
existencia en plena alameda de un bidegorri de tráfico denso, ya que une el Centro y Ea Concha con Gros
y la Zurrióla. Ea pareja se sitúa junto al paso de cebra y las primeras bicicletas en saltarse el semáforo en
rojo no tardan en aparecer. Ees dan el alto y les explican que acaban de cometer una infracción, lo que
provoca una catarata de excusas. Alguno incluso apela al desconocimiento de la normativa. No cuela. «Ea
gente sí conoce las normas básicas», cuentan los agentes tras permitirle continuar la marcha, no sin un
toque de atención. «Es posible que las más novedosas, como la prohibición de ir hablando por el móvil o
escuchando música con auriculares, o el significado de determinadas señales en la calzada, estén menos
interiorizadas. Pero creo que todo el mundo sabe que no se puede ir montado en la bici por la acera o que
un semáforo rojo significa que no se debe cruzar. De todos modos, el desconocimiento de las normas no
exime de su cumplimiento». Eos agentes recuerdan que los corredores no pueden utilizar los bidegorris.
un hábito que provoca fricciones en las zonas céntricas. «Por Miraconcha ocurre mucho, sobre todo en el
tramo más estrecho, entre Rataplán y el túnel del Antiguo. Por allí pasea mucho público y como no queda
demasiado espacio para correr, los deportistas se meten al bidegorri. Al ser también una zona de gran
afluencia de bicicletas, los problemas acaban surgiendo». Otra falta común es aprovechar el paseo en
bicicleta para sacar al perro. «Comprendemos a los amantes de los arúmales, pero está totalmente
prohibido y además es peligroso tanto para el propio dueño como para el resto de usuarios del carril. Un
perro es imprevisible y puede salir corriendo detrás de un gato o cualquier cosa que le llame la atención.
Llevarlo atado al manillar con la correa supone un enorme riesgo para la seguridad del ciclista y de la
vía».
«El objetivo es extender la cultura del civismo»
Dos multas en todo el verano. Es lo que tratan de hacerle entender a un hombre al que paran en la
esquina de la calle Andía, otro punto negro de la red de bidegorris de la capital guipuzcoana. Eos ciclistas
abandonan el recorrido señalizado y atajan en diagonal por la mitad del paseo. Uno, dos, tres, cuatro,
cinco... Todos son obligados a frenar y amonestados verbalmente. «El número de personas a las que
llamamos la atención es incalculable. Te puedes aburrir de contarlos. El otro día, en la averúda de
Zumalakarregi, en cuestión de una hora hicimos bajarse de la bici a más de treinta por ir por la acera. Te
responden que en ese tramo no hay carril bici, pero pueden ir por la carretera. Por la acera sólo se circula
con la bici en la mano». Eas reacciones de los infractores descubiertos son variadas. «Hay de todo. Unos
se lo toman mejor y otros, peor. Y cuando te mandan a paseo entramos en el terreno de la sanción
administrativa, que es como la gente toma conciencia. Hemos pnesto sólo dos en todo el verano, pero
eran casos flagrantes y hay personas qne sólo aprenden así», argnmentan. Parece qne la fórmnla de la
edncación vial fnnciona, ya qne los agentes de Movilidad han constatado en estos meses nna mejoría del
comportamiento general de los nsnarios. «Ahora, al menos cnando nos ven, se qnitan los anricnlares y
guardan el móvil».
Bonlevard, Znmalakarregi, y los emees del hotel Eondres y Ea Perla son los pnntos más conflictivos
Eos corredores no pneden ir por el carril bici y los ciclistas deben echar pie a tierra en zonas peatonales
Conciencia del peligro. Ea bicicleta parece un vehículo inocuo, pero la realidad es bien distinta.
«Muchos peatones te cuentan que han tenido algún episodio con un ciclista que les ha rozado al pasar
rápido, les han llamado la atención y la respuesta ha sido un insulto. Ea gente se piensa que cuando va
con la bici es un peatón y no lo es. Es importante que lo interioricen», subrayan. En cuanto a los
infractores, no hay un perfil tipo. «Eo mismo es una chica de 16 años la que se salta semáforos, circula
por la acera o habla con el móvil, que un señor de sesenta años». Ea patralla pedalea hacia el hotel
Eondres, donde el bidegorri craza la acera y los ciclistas están obligados a detenerse si hay peatones en el
recorrido, tal y como especifica la señalética horizontal. En este punto, las intervenciones de los agentes
son continuas. Eo mismo ocurre a la altura de Ea Perla. «Eas bicicletas tienen que frenar y pararse si es
preciso. Como en un ceda el paso. No se hace, pero aquí estamos nosotros para concienciar y educar.
Erenamos para que nos vean y vayan aprendiendo. Eo malo es que muchos frenan y ceden el paso porque
estamos nosotros presentes. O si les ordenas bajarse de la bici en una zona peatonal, en cuanto te das la
vuelta y te alejas unos metros, vuelven a montarse y salen corriendo». Con la bicicleta, ahora tienen la
posibilidad de perseguirles. Durante su jomada, los agentes de Movilidad escuchan quejas de numerosos
ciudadanos que les trasladan sus experiencias negativas con los ciclistas. Al camarero de la terraza del
Basque, por ejemplo, ya le han tirado dos veces la bandeja. Y hace poco les contaron que la actriz Anabel
Alonso había atropellado con su bici a un peatón en Ea Concha. «Nosotros intentamos poner remedio a
estos problemas, pero no podemos estar en todas partes», lamentan.
Además de velar por el orden vial, los agentes reportan deficiencias en la red ciclable de la ciudad
Educación y prevención. A pesar de los avances que constatan en cuanto a educación cívica, los agentes
advierten de que «queda mucho trabajo por hacer». Y a diferencia de lo que pudiera creerse, los
extranjeros no siempre nos llevan ventaja en este terreno. «A veces no conocen la normativa de la ciudad,
que es general, y eso provoca algunos problemas. Nosotros siempre llevamos encima mapas para
mostrarles el recorrido de los bidegorris y los lugares por los que no pueden circular, como la Parte
Vieja». Entre las funciones de este nuevo cuerpo de Movilidad destaca la revisión de la red ciclista para
mejorar su calidad. «Hacemos partes con deficiencias que nos encontramos en el camino. Por ejemplo,
hemos detectado sitios en los que faltaba señalización para las bicicletas o en los que los tamarindos
estaban tan bajos qne invadían el bidegorri. También algnna tapa de alcantarilla peligrosa... Por fortnna,
se han ido corrigiendo a lo largo del verano y el estado de la red es bneno», conclnyen. | |