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IDTítuloÁmbitoAño 
1481 Cada mes mueren seis ciclistas en la carretera
Autoría: Borja Olaizola
Fuente: El Diario Vasco 05-07-2014
Formato: DIGITAL
Idioma: Castellano
Etiqueta: Seguridad y accidentalidad
Gipuzkoa 2014
Extracto del fichero OCREL DIARIO VASCO Gipuzkoa Cada mes mueren seis ciclistas en la carretera Nos sumergimos en un pelotón cicloturista para observar cómo se vive desde dentro el conflicto entre coches y bicis BORJA OLAIZOLA / SAN SEBASTIÁN / 5 julio 2014 Paco Herrera y Javier Amiama encabezan el grupo del Club Ciclista Donostiarra camino de Goizueta. / IÑIGO ARIZMENDI Cuando uno franquea la puerta de una sociedad de San Sebastián, el «sancta santorum» de la más afamada gastronomía popular, está preparado para toparse con una colección de comensales barrigudos con el rostro al borde de la congestión por comidas pantagruélicas. Lo que desde luego no espera es ver alrededor de una mesa a unos tipos de talle enjuto, brazos sarmentosos y perfiles afilados que semejan cofrades de una hermandad de ascetas. El Club Ciclista Donostiarra es una de las agrupaciones cicloturistas de mayor solera de España. El presidente del club, Paco Herrero, baja las escaleras desprendiéndose de la parte superior de su buzo de faena. Es fontanero y acaba de terminar su jomada laboral. Está a punto de cumplir 60 años, pero en sus movimientos para atrapar el móvil que se le ha escurrido de un bolsillo se adivina la agilidad de un adolescente. Sus compañeros, que no dan puntada sin hilo, le apodan El Lugas'. Menudo y fibroso, tiene que ser un rival temible encima de la bicicleta. Toma asiento y la conversación coge ritmo. La muerte reciente de dos cicloturistas en Navarra aplastados por un camión cargado de cerdos monopoliza los comentarios. Se habla de fatalidad y de mala suerte. Los muertos en accidentes de bicicleta en lo que va de 2014 son ya 26, ocho más que el año pasado por estas fechas Los contertulios suman decenas de miles de kilómetros sobre el sillín. Todos tienen alguna experiencia amarga. Dos de los socios del club encontraron la muerte hace ya un par de décadas en sendos accidentes. Josetxo Eizagirre fue víctima y testigo de uno de ellos: <Era una excursión a Burguete, cerca de Roncesvalles, en Navarra, que se hacía todas las temporadas. Aquel año fuimos ocho ciclistas, entre ellos Enrique Torres, uno de los fundadores del club, y uno de sus hijos. Hacía mucho calor y una parte del grapo paró a refrescarse mientras nosotros seguíamos. Estábamos a punto de llegar a un cruce cuando sentimos un golpe tremendo que nos lanzó a todos por los aires. Era una moto, una Yamaha 400, que nos arrolló cuando rEamos por el arcén. Quedé tendido en el suelo y me di cuenta de que Ángel, que tenía 33 años, no se movía. Al rato llegaron los demás, entre ellos el padre del difnnto, fne nna escena de pesadilla. A mí me llevaron a nn hospital de Pamplona con fractnras de clavícnla, cúbito y radio, estnve mes y medio de baja». El tercer ciclista arrollado por la moto salió mejor parado en lo físico pero el accidente le dejó tan tocado qne decidió cambiar la bici de carretera por la de montaña. Eizagirre, en cambio, se fne a la tienda a encargar nna nneva de carretera en cnanto los médicos le dieron el alta. «El motorista no tema permiso pero se libró de la cárcel; a nosotros nos qnedó la indemnización qne nos dio el Consorcio de Segnros porqne la moto tampoco estaba asegnrada». Eizagirre, taxista hasta sn jnbilación, es nno de los veteranos del pelotón. Tiene 67 años y anécdotas sobre la bicicleta para llenar varios libros. Procnra salir todos los fines de semana annqne se lo toma con más calma qne sns compañeros, verdaderas máqninas de devorar kilómetros. «En plena temporada -recnpera la palabra el presidente- los sábados hacemos entre 160 y 200 kilómetros a bnen ritmo, a nna media de 30 kilómetros por hora, y Inego los domingos redncimos el kilometraje y vamos más tranqnilos; al año recorreremos nnos 12.000 kilómetros». Un mecano en la columna Annqne entre semana no salen en gmpo, acceden a hacer nna excepción para acompañar al periodista a dar nna vnelta. Ea cita es el miércoles por la tarde en nna de las mtas clásicas de los ciclotnristas de la comarca de San Sebastián, la carretera qne condnce a la localidad navarra de Goizneta remontando el canee del río Ummea. Eos doce aficionados arrancan a pedalear entre chanzas y bromas. El color atezado qne Incen en brazos y piernas delata mnchas horas encima del sillín. Ea carretera es estrecha, no hay arcén, y los coches circnlan detrás del peqneño pelotón. «Cnando vas en nn gmpo te respetan mncho más qne cnando pedaleas solo o en pareja», explica Panlo Aranbnrn, de 61 años. Sabe de lo qne habla porqne hace 16 años fne arrollado por nn camionero qne iba bebido cnando pedaleaba en solitario por el arcén de la N-1 cerca de Andoain. «Estnve entre la vida y la mnerte, me pasé once días en cnidados intensivos, y la recnperación me llevó año y medio», somíe desde el sillín de sn bici mientras explica qne sn colnmna vertebral parece nn mecano debido a toda la torrtillería qne le tnvieron qne poner entonces. ¿Y no le dio miedo volver a coger la bicicleta? Eos médicos me aconsejaron qne pedalease para la rehabilitación y aqní estoy, responde lanzando nn gniño de complicidad hacia sns compañeros. Eos días de labor, el pelotón se craza con mnchos ciclistas qne circnlan solos o en pareja. El flnjo es constante y casi todos se salndan con nn imperceptible movimiento de cabeza. Tanto ajetreo tiene sn explicación: el País Vasco es la comnrtidad española con mayor número de licencias de ciclotnrismo, nada menos qne 6.973, y la mayor parte de ellas (3.841) corresponden a Gipnzkoa. Cambio de ritmo y me coloco a la altnra del presidente del Clnb Ciclista Donostiarra, qne fne fnndado en 1951 y es nno de los qne tienen mayor peso en el territorio. «Eos últimos años han sido de locnra, se han apnntado más socios qne nnnca», explica Paco Herrero. «Es nna afición qne engancha porqne te diviertes, pasas nn rato agradable con los amigos y encima es salndable: los análisis médicos qne me hacen en el trabajo me dan los niveles de nn chaval a pesar de qne en agosto me caen los 60». ¿Y los riesgos de la carretera? Ee hablo de los 72 ciclistas mnertos en 2012 y de los 26 qne se contabilizan en lo qne va de 2014. "El Engas" esconde la cabeza entre los hombros como diciendo qne eso no está en sns manos. «Siempre habrá antomovibstas para los qne los ciclistas somos nn simple estorbo, es inevitable». Pasan los kilómetros y los coches adelantan sin avasallar. No respetan ni de lejos el metro y medio de distancia qne establece el Código de Circnlación -la carretera es estrecha-, pero se nota qne los condnctores están acostnmbrados a convivir con tanto ciclista. Resnlta placentero rodar en medio del peqneño pelotón mientras las Inces del sol de la tarde se filtran entre las hojas de los árboles y llenan de reflejos las agnas del Ummea, qne baja candaloso y tnrbio por las tormentas de los últimos días. El conflicto entre el coche y la bici viene de mny lejos. Un vistazo a las estadísticas es revelador porqne hace veinte años morían el doble de ciclistas qne ahora (145 en 1993 y 151 en 1994 frente a los 72 en 2012). El problema es qne el índice de mortalidad entre los nsnarios de las dos raedas se resiste a descender al ritmo qne lo ha hecho el del resto de víctimas de la carretera, algo bastante lógico si se compnta el espectacnlar crecimiento del nso de la bici. Como no hay rtingnna estadística fiable sobre el número de ciclistas, hay qne agarrarse a las licencias, qne han pasado de 34.250 (2000) a 68.626 (2013). Si el número de federados, al fin y al cabo nna mínima parte de los nsnarios de la bicicleta, se ha duplicado en diez años, es de suponer que el de ciclistas habrá hecho al menos otro tanto, lo que explica que la cifra de víctimas se resista a bajar. La Mesa Nacional de la Bicicleta, que agrupa a usuarios, fabricantes y ayuntamientos, presiona a la Admirústración para qne haga nna apnesta clara por las dos medas. Alfonso Treviño representa a la Asociación de Ciclistas Profesionales (ACP) en el gmpo de trabajo sobre Segnridad Vial qne se creó en 2001 a raíz del atropello de los hermanos Otxoa en Málaga, nn snceso qne convnlsionó al país: «Bastaría con qne se respetasen las normas qne hay en vigor para qne los accidentes se rednjesen, lo qne pasa es qne nadie las hace cnmplir. Si eres ciclista te ponen mnltas por ir sin casco, pero si nn camión te afeita la oreja cuando te adelanta, nadie le sanciona». «Te mnltan si vas sin casco, pero no pasa nada si nn camión te afeita la oreja al adelantarte» El exciclista Enriqne Moleón es nno de los fnndadores del Gmpo Deportivo Gerúl, en Granada, donde el ciclotnrismo ha adqnirido nn empnje arrollador en los últimos años. «Dnrante cinco años participé en las salidas cicloturistas qne hacemos los fines de semana, pero lo dejé porqne te jnegas el pellejo, cada vez es más peligroso». Uno de los socios del clnb andalnz, Nicolás García Gijón, mnrió arrollado por nn coche hace nn par de años cuando pedaleaba por la nacional qne nne Granada con Motril camino de sn apartamento en Salobreña. «El qne siempre sale perdiendo es el ciclista, no conozco rúngún accidente en el qne el condnctor del coche haya salido peor parado qne el de la bicicleta», se lamenta Alejandro Egnilnz, qne es el responsable del área de cicloturismo de la Eederación Vasca de Ciclismo. Egnilnz, qne vio morir a dos de sns pnpilos arrollados por nn coche en los prolegómenos de nna praeba cuando era entrenador, cree qne es nna batalla perdida. «Cnando hay nn accidente grave, como el de los hermanos Otxoa o el del domingo en Navarra, se crea nna gran alarma y parece qne se va a hacer algo, pero a los días todo se olvida y hasta el signiente mnerto. En carretera -resnme- el ciclista es como nn barco de papel en medio del océano». Eemando Eerrari es nn cicloturista valenciano de 46 años recién llegado de la Qnebrantahnesos, nna exigente y mnltitudinaria praeba qne tiene Ingar en el Pirineo oscense: «Ando en bici desde los 16 años y la convivencia es difícil porqne falta respeto, mnchos condnctores rñ siqniera piensan qne sobre la bici hay nna persona». Pero la cnlpa, matiza el deportista valenciano, no es solo del coche: «Hay ciclotnristas qne se saltan los semáforos o qne invaden el carril contrario en las bajadas sin ser conscientes de qne tienen todas las de perder. Hasta la moda de llevar maillots negros es nna estnpidez porqne pasas desapercibido, hay qne ir siempre con vestimentas de colores vivos». Ea ignorancia de algnnas reglas básicas de circnlación, acota Alfonso Treviño, de la ACP, complica las cosas: «Como cada vez hay más bicis, cada vez hay más mala leche porqne los condnctores creen qne los ciclistas tienen qne ir en fila cnando pneden ir en paralelo. Palta respeto, pero falta sobre todo formación». Pedalear, como se ve, tiene sns riesgos. Cuando nno se enfnnda el maillot y se snbe a nna bici asnme sn condición de peón de cristal en el tablero del asfalto. Segnro qne con nn poco más de comprensión la partida acabaría en tablas. En el fondo nadie disfrnta abnsando.