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IDTítuloÁmbitoAño 
1428 Donostia vista a Wiesbaden Wiesbaden, un paraíso peatonal
Autoría: Iñigo Puerta
Fuente: El Diario Vasco 02/11/2008
Formato: DIGITAL
Idioma: Castellano
Etiqueta: Movilidad sostenible y bicicleta, Espacio público, Infraestructuras ciclistas
Europa 2008
Extracto del fichero OCREL DIARIO VASCO DONOSTIA VISITA A WIESBADEN Wiesbaden, un paraíso peatonal 02.11.08 / IÑIGO PUERTA / ENVIADO ESPECIAE WIESBADEN. La arquitectura de la ciudad resulta imponente. DV visita la localidad alemana, ciudad hermanada con San Sebastián, un espejo de movilidad ciudadana A treinta kilómetros del centro de Erancfort se erige Wiesbaden, una ciudad termal de unos 300.000 habitantes también conocida como la Niza del norte, y hermanada con San Sebastián desde 1981. Una iniciativa que lleva casi tres décadas de enriquecimiento mutuo a través de diversas actividades conjuntas. Dos ciudades que comparten históricamente la etiqueta de ciudad vacacional, y entre otros muchos objetivos organizativos, tienen el afán común de sacar el máximo partido de su propio entorno. Eos planes estratégicos de ambas ciudades tratan de promover la movilidad sostertible y de convertir el corazón de la ciudad en el hábitat perfecto para el peatón. Elegamos a la estación central de Wiesbaden acompañados por numerosos viandantes que llevan a cuestas su propia bicicleta. Observamos enseguida que los carriles bici cobran gran importancia en las vías principales, y según sea la necesidad, conviven en paralelo entre el carril bus y el de turismos, o incluso hay tramos con doble carril. Un transporte «cada vez más común» en la ciudad germana, como comenta Jens, un joven de la ciudad con el que coincidimos en el trayecto. «Para mí es el método más rápido para ir a trabajar. Meto la bici en el metro, y lo demás es un pequeño paseo. Además no contamina y me siento bien al hacer deporte». Una vez en la urbe, un paseo por los alrededores de la ciudad es un muestrario arquitectónico del siglo XIX, con fachadas de elegante factura y villas de ensueño. Ea extremada limpieza de las calles, y el parque automovilístico reinante, hablan por sí solos del poder adquisitivo de los parientes alemanes de Donostia. No es para menos. Desde principios del siglo XX, una pequeña colonia de la nobleza rusa fue emigrando paulatinamente hacia Wiesbaden antes de la revolución bolchevique de 1917. El asentamiento creció de forma exponencial durante las siguientes décadas, gracias a los atractivos de una ciudad termal idónea para el descanso y asueto a orillas del río Mainz (Meno). Eas gentes más acaudaladas de Alemania fueron afincándose también en esta región, que es considerada en la actualidad como la Niza del norte por su condición de ciudad balneario y otros atractivos como su conocido casino. Según nos comenta el propio Jens «se dice que hay un millonario por cada trescientos habitantes». Wiesbaden es también reconocida por ser una ciudad de servicios que alberga multitud de sedes en busca de prestigio comercial. AI adentramos en el centro de la villa, se consolida la impresión de que estamos en una ciudad rica, debido al entramado de vías peatonales dedicadas casi exclusivamente al comercio que dominan el paisaje. En las calles de Wiesbaden se puede comprar de todo. Desde una simple manzana hasta el peluche más de moda del diseñador Karl Lagerfeld al módico precio de 1.000 euros. Lujo extremo. Un paraíso para ir de compras, donde todo está pensado para disfrutar del gusto por gastar. Calles muy cuidadas, edificios solemnes y espacios abiertos. Wiesbaden se asemeja a una hermana mayor que se emancipó hace mucho, que le va fenomenal.