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1393 ARRASATE-MONDRAGÓN-En bicicleta entre automóviles. El inicio de la temporada cicloturista arranca con tres accidentes en un mes en Mugarri. La complicada convivencia entre automovilistas y ciclistas es motivo de controversia
Autoría: Kepa Oliden
Fuente: Diario Vasco 01-04-2012
Formato: DIGITAL
Idioma: Castellano
Etiqueta: Seguridad y accidentalidad, Vehículos a motor y ciclistas
Arrasate/mondragón 2012
Extracto del fichero OCREL DIARIO VASCO ARRASATE-MONDRAGÓN En bicicleta entre automóviles El inicio de la temporada cicloturista arranca con tres accidentes en nn mes en Mngarri. Ea complicada convivencia entre antomovilistas y ciclistas es motivo de controversia KEPA OEIDEN I ARRASATE / 01.04.12 EN RESUMEN 478 Número de licencias federativas existentes en el Alto Deba según la Eederación Gnipnzcoano de Ciclismo. Ea mayor cifra corresponde a Arrásate con 124 licencias, le signe Bergara con 122; Oñati tiene 96; Eskoriatza 57; Aretxabaleta 47; Antznola 16; Elgeta 11 y Eeintz-Gatzaga 2. Comprende a ciclotnristas, corredores de carrera y practicantes de monntain-bike, BMX... Pero desde la federación advierten qne otro número indeterminado de ciclotnristas se ejercita sin reparar en licencias federativas. 3800 Número de licencias federativas correspondientes solo a ciclotnristas en vigor en Gipnzkoa. Este territorio histórico snma más ciclotnristas qne Bizkaia y Araba jnntos. La glorieta de Mugarri es un bocadillo' con muchos frentes que vigilar y un tráfico rápido e intenso No todas las culpas son para los conductores. Los cicloturistas también cometen imprudencias El buen tiempo llena las carreteras de bicis para enojo de conductores impacientes y estresados Un ciclista se adentra en la rotonda de Mugarri. entre Arrásate y Aretxabaleta, escenario de 3 atropellos ciclistas en el plazo de un mes, y punto de alto riesgo para los usuarios de la bicicleta.:: OLIDEN Con dos dientes menos, el tabiqne nasal roto, fractnra de escafoides y collarín al cnello acabó el tercer y por ahora último ciclista accidentado en el plazo de nn mes en la rotonda de Mngarri, en la frontera entre Arrásate y Aretxabaleta. Sncedió el pasado jneves 22 de marzo, cnando nn antomovilista qne se incorporaba a la glorieta atropelló al ciclista qne tema delante porqne no le vio. Afortnnadamente, úrúcamente la bici acabó bajo las medas del coche. No sorprende qne el condnctor perdiera de vista al ciclista porqne «en la incorporación a nna glorieta los antomovilistas han de vigilar el tráfico proverúente de sn izqnierda, con lo qne pnede ocnrrir qne dnrante la marúobra dejen de ver al ciclista qne tienen delante a sn derecha» explicaba Jorge Markiegi. Este veterano ciclotnrista arrasatearra atesora más de 30 años de experiencia pedaleando por carretera, y no tiene rúngnna dnda de qne las rotondas constitnyen hoy por hoy el pnnto más negro en la siempre ardna convivencia entre antomóviles y bicicletas. Ea rotonda de Mngarri es nn «'bocadillo' con mnchos frentes qne vigilar, tráfico rápido e intenso y visibilidad restringida» tanto para el condnctor qne sólo vigila sn izqnierda como para el ciclista qne se topa de sopetón con nn antomóvil qne se le echa encima. Pese a sn inveterada afición ciclista, Markiegi reconocía qne «si te pones a consideras fríamente los riesgos qne comporta la bici en carretera, no sales». Pero el miedo no parece mermar la afición a este «deporte de riesgo», en palabras de Iñigo Azkarate, secretario y entrenador del clnb Dorletako Ama. Y eso qne la recién irúciada temporada ciclotnrista no ha comenzado con bnen pie, al menos para los tres accidentados en Mngarri. Sólo en el Alto Deba, según datos de la Federación Gnipnzcoana de Ciclismo, hay nada menos qne 478 federados, con Arrásate (124) y Bergara (122) a la cabeza y segnidos de Oñati (96), Eskoriatza (57) y Aretxabaleta (47). Esta cifra inclnye a ciclotnristas, corredores de carreras y practicantes de otras modalidades como monntain-bike, BMX... Pero no así a otros mnchos aficionados qne disfmtan de la práctica de sn deporte sin reparar en licencias federativas. La pasión por el ciclismo es ferviente en Gipnzkoa. Sólo la nómina de ciclotnristas federados asciende a 3.800 deportistas, «más qne la snma de los de Bizkaia y Araba jnntos» asegnraba Alejandro Egilnz, responsable de ciclotnrismo de la federación. La cifra total de ciclotnristas qne salen a pedalear por las carreteras gnipnzcoanas «podría snperar los cinco mil», estimaba Egilnz. Toda nna legión de velocipedistas qne se ejercitan en nn entorno tan hostil y peligroso como es la red de vías intemrbanas de nn territorio fnertemente motorizado, orográficamente complicado y cnyas carreteras no siempre reúnen las mejores condiciones de segnridad. La snma de estos factores hacen del ciclismo nna práctica deportiva de alto riesgo y no exenta de controversia. A nadie se le ocnlta qne mnchos antomovilistas llevan mny mal la presencia de tantas bicicletas «estorbando en las carreteras». El «incordio» qne ocasionan estos deportistas ha dado origen a mnchos gmesos epítetos y a algún qne otro enfrentamiento resnelto a tortas a pie de carretera. Saberse nna víctima vnlnerable frente a los 'abnsos' de los antomóviles da mncho coraje. Tanto como para bajarse de la bici y agarrar del cnello a nn condnctor atrapado en nna caravana qne poco antes casi te saca de la carretera, como le ocnrrió a nn ciclista arrasatearra. Pero no todas las cnlpas son atribnibles a condnctores intolerantes, ansiosos, despistados o torpes. Alejandro Egilnz reconocía sin ambages qne también hay ciclotnristas qne «no respetan las normas de circnlación». Dnrante sn larga trayectoria ciclista y federativa Egilnz ha snfrido personalmente accidentes y ha vivido tragedias irreparables desencadenadas por antomovilistas. Pero también ha sido testigo de impmdencias escalofriantes entre participantes en la Vnelta a Gipnzkoa, pmeba ciclotnrista en cnya orgarúzación participa desde hace 23 años. Descensos a tnmba abierta invadiendo el carril izqnierdo «para recortar» o saltarse las rotondas son prácticas qne dice haber presenciado. «Actitndes qne a pnnto han estado de snspender la celebración de la pmeba», advertía. Iñigo Azkarate, entrenador y secretario del clnb txirrindnlari Dorletako Ama, también acnmnla nn bnen montón de kilómetros en sns piernas, y lo qne percibe es qne «mnchos ciclistas jóvenes no ponen la atención reqnerida para circnlar en carretera». Esta inconsciencia jnverúl se tradnce en nna falta de concentración y nna relajación qne les lleva a ir bromeando y conversando en grapo, ajenos a semáforos, pasos de cebra.... y circnlando demasiado a la izqnierda. Un comportamiento qne Azkarate no observa en ciclistas veteranos, mncho más precavidos y alerta. No solo la vista y el oído son fnndamentales, también lo es el olfato para detectar la presencia de gasoil o aceite en la calzada, recomendaba Jorge Markiegi. Por ello «siempre es más segnro pisar las marcas de rodadnras sobre la calzada qne circnlar por el intervalo donde caen las pérdidas de aceite o gasoil». Jon Egia, otro veterano ciclotnrista de salida prácticamente diaria, hacía hincapié en el reqnisito de mantener nn «oído fino» en la carretera. Como mnchos otros, sn ocnpación laboral le obliga a menndo a salir en solitario, y «si los condnctores te ven circnlando solo se confían y apnran más para adelantarte, y los hay qne te dejan los pelos de pnnta» asegnraba. Pese a todas las cántelas, el miedo continúa presente «y cada vez va a más» reconocía Egia. Trayectos de intenso tráfico como el eje Arrásate-Oñati-Bergara en tomo a San Pmdencio constitnyen nn «peligro objetivo» para los ciclistas. Por ello, Jon Egia prefiere pedalear por carreteras alavesas, «más anchas y menos transitadas; pero ahí también segnro qne estorbas a algnien» irorúzaba. Para este veterano ciclista, segnridad y cortesía van de la mano: si oyes qne viene algún vehícnlo te esfnerzas en dejarle paso, porqne en caso de accidente sabes qne la peor parte va a ser para tí».